Nuestra visión consiste en tener un estilo de gestión basado en la calidad y en el compromiso con nuestros clientes, a través de una estructura organizacional y de recursos humanos altamente calificados y motivados. En este ámbito a lo largo de los años DESCO ha procurado mantener una estrecha relación con sus profesionales y trabajadores, ofreciéndoles programas de capacitación, entregándoles
la experiencia acumulada en DESCO su larga trayectoria, se refleja en las obras construidas por a lo largo del país y, sobre todo, por su estilo de gestión basado en la constante preocupación por el respeto a los valores éticos en los negocios y relaciones comerciales.
En esto la empresa ha sido rigurosa tanto en el cumplimiento de los contratos como en la asignación de valores justos.
Los valores corporativos que inculcaron a DESCO sus socios fundadores en 1938, se han mantenido en el tiempo, dándole a la empresa la imagen de prestigio que goza en sus relaciones comerciales, toda vez que éstas implican lazos de confianza, compromiso, transparencia y calidad. Estos valores éticos y el capital de su recurso humano seguirán siendo siempre el fundamento de la cultura de DESCO.
Han pasado más de 85 años desde aquel primer proyecto, y cada uno de esos años ha sido un peldaño construido con compromiso, con mirada atenta, con la certeza de que el verdadero valor está en los detalles.
Cada obra que emprendemos nace de una preocupación genuina: que todo lo que hagamos lleve consigo belleza, funcionalidad y permanencia. Porque para nosotros, cada plano, cada rincón, cada línea trazada es una forma de cuidar, de pensar en quienes habitarán esos espacios. Nos mueve el deseo de hacer bien las cosas, no por obligación, sino por convicción.
Miramos al futuro con la misma pasión que no
ha guiado desde el principio. Un futuro en el que seguiremos aportando a la arquitectura y al desarrollo del país, no solo con edificios que se eleven en el paisaje, sino con propuestas que se integren con el entorno, que dialoguen con la ciudad y mejoren la vida de las personas. Soñamos con seguir siendo parte de un país que crece, y de un tiempo que reconoce en la buena arquitectura una forma de amor duradero.
Porque en Desco, construir es dejar una huella, es dar forma a lo invisible, es transformar lo cotidiano en algo que pueda ser llamado hogar.
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